sábado, 15 de septiembre de 2007

MAJAZ Y DEMOCRACIA

Rolando Breña Pantoja
Con motivo de la consulta popular impulsada por los alcaldes de El Carmen de la Frontera, Ayabaca y Pacaybamba, respecto de la minera Majaz, se descubren las limitadas y distorsionadas formas de entender la democracia que existen en las mentes de gobernantes, partidos políticos, periodistas y grandes empresarios.La principal tara de tales concepciones es que vacían la democracia de cualquier presencia de la población, organizada o no, en la toma de decisiones sobre los problemas más importantes de su vida. Su presencia es tolerada cuando se trata de elecciones nacionales, regionales o locales; pero es ignorada, imposibilitada e incluso combatida al tratarse de la participación y fiscalización permanentes en las grandes definiciones que puedan afectar su desarrollo económico-social.

Ocurre no solamente con la irrupción abrupta, violenta, impositiva y depredadora de muchas inversiones mineras en la Sierra y Costa, sino también en las comunidades selváticas, que se ven cada día arrebatadas en su territorio, sus aguas, bosques, biodiversidad; contaminadas sus fuentes de vida y alteradas negativamente sus formas de organización social y cultura. ¿Qué importancia pueden tener para los grandes consorcios y sus posibilidades de millonarias ganancias algunos centenares o miles de campesinos o pobladores “ignorantes, analfabetos, pobres” que se aferran a sus ancestrales tierras? La civilización tiene que avanzar. La industria debe progresar. La economía debe modernizarse; y, en ese sendero, debe ser superada, apartada o aplastada cualquier oposición o dificultad, sea técnica, tecnológica, geográfica, financiera, ambiental e incluso humana. El capitalismo, su mundialización, es, debe ser, indetenible, y a su vera y a su orden de mando debe sujetarse y subordinarse toda la naturaleza viviente o no, no importa si se destruye y con ella la humanidad. Escribieron los primeros estudiosos del capitalismo que éste nació chorreando sangre. A estas alturas, podemos decir que sigue ese mismo camino, acompañado de sofisticada tecnología; de acabada filosofía individualista y utilitaria, que convierte a las personas en objetos y la democracia en producto no apto para el consumo humano. La consulta popular en El Carmen de la Frontera, Ayabaca y Pacaybamba tiene, pues, un contenido mayor que la sola negación o aceptación a Majaz. Es la búsqueda de nuestros pueblos a considerarse y ser considerados protagonistas de la vida nacional y participar en la construcción de una democracia de todos y para todos. Es un símbolo que pretende decir: “Yo también existo y tengo derechos”, “también es mi país y yo participo en su vida”.

Si la consulta es o no “vinculante”, es lo menos importante. Lo importante es gritar: “Esta es mi voz, esta es mi palabra”.