sábado, 15 de septiembre de 2007

LOS PUEBLOS DE AYAVACA Y HUANCABAMBA RESISTEN

Julio Yovera
Para Ubicarse
Ayavaca y Huancabamba son dos pueblos andinos históricamente unidos del Departamento de Piura. Impresionan por su telúrica. Quienes los visitan tienen la impresión que están en el mismo cielo.

Sus cordilleras grises y sus campos verdes cobijan a una población laboriosa y alegre. Los comuneros, con sus ponchos y sombreros blancos y aludos, viven desde siempre pegados a la tierra.

Su cultura es sincrética. En Ayavaca adoran y rinden culto al Cautivo, un “Cristo de pómulos morados”, que es visitado a diario por gente que llega de todos los caminos del país y el planeta, a dar las gracias por el “milagro” concedido.

También se rinde culto a las lagunas sagradas de Las Huaringas de Huancabamba, visitadas todo el año por personas que buscan salud y florecimiento.

Ayavaca fue cuna de Lizardo Montero, el político y marino cuyo aporte a la patria permanece oscuro; de Hildebrando Castro Pozo, el estudioso socialista; de Juan Luís Velásquez, el poeta amigo de César Vallejo; de Sinforoso Benites, el mítico líder socialista del norte de la patria. En Huancabamba nació José Eulogio Garrido, del Grupo Norte, al que perteneció en sus años juveniles el autor de “Trilce” y “El Tungsteno”.

El problema
Es sintomático. Los que sirven al poder minero, autoridades, políticos y periodistas, acusan a las comunidades campesinas, asociación de productores agrarios y sectores de la iglesia, de estar manipulados por comunistas.

Todo porque en Carmen de la Frontera, Ayavaca y Pacaipampa, los gobernantes locales se aprestan a consultar a su ciudadanía si acepta o no la actividad minera, hecho absolutamente legítimo.

Los “paladines” de la democracia, sin preocuparse por conservar las formas y perdiendo toda ecuanimidad, atacan el Referéndum. ¿Es que los comuneros no tienen derecho a opinar, más aún cuando se trata de su vida y la de sus descendientes? Una de las razones de la “cólera histórica” del pueblo es porque siempre se les ignoró ¿Se pretende hacer lo mismo?

De otro lado, vale la pena reflexionar sobre algo que es responsabilidad de las clases sociales que a lo largo de la vida republicana han desgobernado el país: la carencia de una visión de desarrollo.

Hasta ahora sólo hemos sido un país primario exportador. Hablando de minería, la extracción de los metales arruinó el país y no hubo desarrollo alguno, aunque sí una enorme exterminio y contaminación.

Vale la pena transcribir esta reflexión de Robert Moran, que no es ningún comunista sino un Doctor en Epistemología de la Ciencia en Calidad de Aguas, Hidrogeología y Geoquímica:

“La minería rompe y comprime la roca, creando nuevos túneles para que el oxígeno, aire y microbios, reaccionen con los minerales. En consecuencia las rocas pueden generar ácido, movilizando muchos otros constituyentes químicos, los que podrían contaminar cuerpos de agua por décadas o incluso cientos de años después del cierre de la mina. Incluso el uso de explosivos aumenta las concentraciones de nitrato y amoníaco, provocando el incremento de la contaminación de cuerpos de agua”.

Lo saben los campesinos de Ayavaca y Huancabamba y por eso resisten a los empresarios mineros y sus incondicionales, que para desgracia de los pueblos son también las autoridades centrales.