viernes, 16 de noviembre de 2007

EL ARTÍCULO DE ALAN GARCÍA (I)

Por: Rolando Breña Pantoja

Independientemente del contenido concreto del artículo publicado en El Comercio por Alan García, podemos encontrar, entre otras, dos significaciones. Por un lado, ratificar su compromiso personal y el de su gobierno, sin lugar a dudas, en la continuidad y profundización del modelo neoliberal primario-exportador para la economía peruana.

Es, sobre todo, una notificación a los grandes inversionistas multinacionales para que tengan confianza en que no variarán las condiciones favorables a ellos ofrecidos, y que no tolerará cuestionamientos u oposiciones. Es ofrecer en venta al Perú, en las condiciones que el capital transnacional quiera, una entrega total de nuestro mercado a los productos importados sin arancel y la condena a todo intento serio de fortalecer y desarrollar el aparato productivo; es una política general de desnacionalización acelerada de lo que aún subsiste a duras penas.

Es una confesión sincera que arroja al tacho definitivamente cualquier expectativa que pudiera aún existir en las promesas electorales varias veces sepultadas, en el ”cambio responsable“ del cual no queda ni el recuerdo. Es una cruel burla a la “revolución social aprista” que todavía anida en militantes de base, siempre postergados frente a las urgencias y ambiciones del poder inmediato y de los privilegios. También es un reconocimiento forzado de la inseguridad, la debilidad, el desorden, la corrupción y el desgaste acelerado del gobierno, que obligan a que el propio Presidente pretenda poner algún remedio. Ya no son suficientes su representación parlamentaria, sus ministros, sus dirigentes partidarios, la prensa y la tv adictas, las grandes empresas nacionales y extranjeras, el aval de los organismos internacionales y el gobierno USA, su brazo sindical-gremial; es preciso poner en juego la figura presidencial, el prestigio y la autoridad de los que pueda aún disponer. Es posible que las apariciones periodísticas de Alan García puedan reforzar su unidad y/o identificación con los beneficiarios del modelo, con sus parlamentarios y su partido, con los medios, etc., pero es dudoso que pueda revertir la tendencia decreciente de aceptación en la población.


Su presencia periodística podría indicar también que pretenda mostrarse como un Presidente enérgico, decidido, que no teme salir al frente a luchar, convencido de lo que hace, para generar confianza. Pero estas tácticas no siempre dan resultados cuando las cosas ya avanzaron mucho. Y cuando fracasan, son doblemente peligrosas: deterioran más al gobierno y al gobernante, y el afán de salvarse puede empujarlo al autoritarismo y a la dictadura.Respecto de la ”Jornada Nacional de Protesta“ del jueves 8, es obvio que la convocatoria a una “Marcha por la Paz y la defensa de la democracia” hecha por Mauricio Mulder es un grave error táctico y una provocación que podrían cobrar factura mas tarde.

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