domingo, 2 de diciembre de 2007

¿Reaparece Sendero Luminoso?

EL SENDERISMO FUNCIONAL A LA DERECHA
Por Manuel Guerra


De pronto el alicaído Luis Alva, Ministro del Interior, navega en la cresta de la popularidad; convertido casi en héroe, aparece en los noticieros estelares y en las primeras planas de los diarios mostrando a la columna senderista derrotada y hecha prisionera en Aucayacu, junto al cadáver del “camarada JL”, sindicado como el número dos del aparato terrorista en el Huallaga.

Y esto sucede no solo cuando se alzan voces pidiendo la cabeza del Ministro debido a su inoperancia, sino también en el momento preciso para darle la razón a la propuesta de Alan García de dar a conocer los nombres de los presos que purgaron penas por terrorismo y que han sido liberados, pues da la casualidad que entre los detenidos en Aucayacu hay varios con antecedentes de ese tipo.

Pasa esto cuando todos critican al gobierno de no tener una estrategia antisubversiva coherente; cuando los fujimoristas salen a decir que solo ellos podían derrotar al terrorismo; cuando Alan García asume la defensa de los Wolfenson; cuando se evidencia el manejo del Ejecutivo para favorecer al reo Fujimori, lo que algunos interpretan como consecuencia de un chantaje; cuando el señor Presidente se embarca en una ofensiva para justificar y defender la concepción de desarrollo primario exportador y de subordinación al capital extranjero, que la derecha ha asumido a lo largo de la república.

Pero también cuando los sondeos de opinión dan cuenta del rechazo abrumador a la gestión del actual gobierno, cuando la población iqueña realiza un paro en protesta a la forma ineficiente con que se maneja la reconstrucción, cuando las poblaciones de la selva preparan nuevas medidas de lucha, en tanto el problema de los docentes universitarios continúa irresuelto y la CGTP anuncia preparativos hacia un paro nacional.

Sin duda Sendero se ha convertido en una organización funcional a los planes de la derecha, útil para levantarlo como amenaza y justificar medidas autoritarias, para distraer a la opinión pública, pero también para usarlo como elemento divisionista del movimiento popular. Fresco está el recuerdo cuando doña Meche Cabanillas llevó del brazo a Robert Huaynalaya y lo alojó en la Casa del Pueblo en plena huelga magisterial, mientras el aparato mediático de la derecha lo levantaba, alentando sus maniobras corrosivas.

Ciertamente Sendero ha sido derrotado y en el presente no representa una amenaza real, pero la derecha lo necesita, pues encaja perfectamente con sus planes. Lo necesita controlado, infiltrado, dispuesto a cumplir el trabajo sucio de difundir mentiras y calumnias contra los líderes de la izquierda, promover el divisionismo del movimiento social y realizar acciones desquiciadas para que personajes como Alan García y Alva Castro salgan del pantano del descrédito.

La derecha sabe que una verdadera amenaza a sus intereses proviene de la posibilidad que la izquierda y el movimiento social se articulen en una alternativa a los problemas del país. Necesita impedirlo a toda costa, y en su estrategia para derrotar a las fuerzas del cambio, que incluye campañas de desprestigio, pero también el uso de la represión, Sendero le cae como anillo al dedo. Ya veremos que cuanto más se agudizan las contradicciones de clase, los grandes titiriteros moverán una y otra vez a las marionetas senderistas. Tan útiles se han vuelto, que de no existir, seguramente la derecha los inventaría.

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