viernes, 5 de septiembre de 2008

SE MUERE LA CHINA

Por el Camarada Rolando Breña Pantoja

No escribo sobre la antigua Catay de Marco Polo. El gigante que trota hacia la modernidad y la prosperidad. La China de los Juegos Olímpicos. Tampoco sobre La China María, de las bodegas del barrio, con sus viejos cuadernos del fiado, hoy expulsadas por los hiper o los súper que fían con tarjeta de crédito e intereses. No me refiero, menos aún, a la cautivante China piurana, experta en seco de chabelo, clarito, el requiebro amoroso y acariciar el suelo y los aires dibujando un sabroso tondero.

Me estoy refiriendo a otra china.

A la que, por última vez, esta semana, trasladará sufridos pasajeros en rutas cortas.
Claro, hablo de los cincuenta céntimos o cincuenta centavitos que miles de manos aprietan sudorosas, cariñosas, nerviosas, con desesperación, algunos al abordar una combi o un microbús. La china, la chinita, ya no llevará amas de casa fatigadas, preocupadas, presurosas, a mercados cercanos. No llevará a enfermos ni embarazadas a postas u hospitales zonales. A discapacitados o ancianos que caminan con dificultad.

A los desocupados, jubilados, ambulantes, asalariados precarios que cuentan y recuentan centavos uno a uno. A profesionales cuyos títulos más duelen que dan empleo. A gorditas y gorditos de andar lento...

Es verdad que la china hace tiempo que se extingue como una pavesa (Los Panchos), y son menos las cosas que con ella pueden adquirirse: un periódico popular, 3 callejeros huevitos de codorniz, un paquetito de cancha o maní, un plátano bellaco... Ya no un Sublime, hoy propiedad extranjera, ni una reconfortante emoliente, un choclo con queso o una mazamorra morada.¿Por qué muere la china? Las celestiales esferas de la economía y la política dicen que por el alto precio de los combustibles. Que tenemos inflación por causas externas. Y la modesta china no puede enfrentar tamaños enemigos y sucumbe.

Pero, pregunta con inocencia la gente: ¿No dicen que el Perú está blindado frente a crisis internacionales? ¿Que tenemos las más altas tasas de crecimiento de América y casi del mundo? ¿Que batimos récords de exportación, captación de inversiones y recaudamos más tributos? ¿Que nuestras reservas internacionales son increíbles? ¿Que tenemos la más baja inflación de América? ¿Que somos potencia mundial en gas? ¿Que ganamos certificaciones de grado de inversión? ¿Que estamos caminando al Primer Mundo y hoy somos más ricos (ex ministro Carranza)? ¿Que hasta podemos organizar Olimpiadas?

¿Tanta fortaleza, tantos éxitos y no es posible defender a la pobre china?

El día de su defunción habrá mucha tristeza y muchas maldiciones. Se encogerán más los bolsillos de mucha gente. La cólera y la fatiga abundarán.

Te extrañaremos, china. Eres algo así como los cinco centavitos de felicidad que quería comprar a la vida Pedrito Otiniano en su bolero cantinero.

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