domingo, 30 de marzo de 2008

SE DESBOCA EL MACARTISMO

Por Manuel Guerra

Una cosa lleva a la otra. El neoliberalismo necesita del autoritarismo, y el autoritarismo de un ablandamiento psicológico de masas, de un elemento que justifique sus medidas represivas, de cortinas de humo que distraigan a la población de los problemas reales que la aquejan.
Las mentes brillantes de los servicios de inteligencia trabajan en ello diariamente, fabrican con acucioso empeño sus productos que se convierten en el libreto de los voceros gubernamentales y sus aliados; que son asumidos con entusiasmo por los líderes empresariales; distribuidos masivamente por los grandes medios de comunicación; repetidos por los jefes policiales; sustentados por los sesudos analistas políticos; convertidos en parodia por sus bufones en los programas cómicos, y hasta invocados en los sermones de la catedral.

En la actualidad la guerra santa de la derecha ha enfilado sus baterías contra un demonio que se llama Hugo Chávez. Sus delitos: predicar el socialismo, abogar por cambios profundos en América Latina, practicar la solidaridad entre los pueblos, tener la osadía de cuestionar al sacrosanto imperio norteamericano. Por supuesto que en al amasijo psicosocial de la derecha no le faltan los consabidos ingredientes de uso obligatorio en estos casos: el narcoterrorismo y las FARC.
De pronto la derecha se viste de patriotismo y anuncia que no tolerará injerencia extranjera en nuestro territorio. Levantando estas banderas se detiene a militantes izquierdistas por asistir a un congreso bolivariano, se acusa a las casas del ALBA de recibir dinero venezolano para financiar las protestas populares, se ataca a Ollanta Humala con el mismo argumento, se pide la revocatoria de Hernán Fuentes, Presidente de la Región Puno, acusado nada más ni nada menos de separatista instrumentado por Chávez.
De este modo las protestas populares ya no estarían motivadas por el descontento frente al fracaso del modelo, por la indignación que provoca el entreguismo de nuestros recursos, por el alza del costo de vida, por la corrupción e ineficacia de los organismos del Estado o por la pérdida de los derechos laborales, sino que serían obra y gracia del chavismo y sus cómplices internos.
Como en los tiempos de la guerra sucia -donde la gente que nada tenía que ver con el senderismo era perseguida bajo la cobertura de apología al terrorismo, y tener un libro de Mariátegui o literatura marxista era considerado un delito, por lo cual uno podía ser sometido a tortura, ir preso y hasta acabar con sus huesos en el fondo de una fosa común-, hoy en día resucita con fuerza el más primitivo macartismo con el objetivo de amedrentar y colocar a la defensiva al movimiento social y justificar la represión que se ha puesto en marcha para allanar el camino a la profundización del modelo neoliberal.

El solo hecho de tener una opinión diferente al catecismo neoliberal en boga es motivo de excomunión. Cual perros cancerberos, los reporteros van tras de su presa, lo acorralan y conminan: Diga usted si las FARC son terroristas. Y si el entrevistado tiene la desgracia de responder que son fuerzas beligerantes, entonces lo agarran a feroces dentelladas por haber quedado demostrada su complicidad con los rebeldes colombianos.
En un programa dominical los reporteros que viajaron hasta Puno para “entrevistar” al Presidente Regional, aullaron de alegría, porque en el local de la radio donde éste emite sus programas encontraron las pruebas de sus vínculos con el chavismo, el terrorismo y la ultraizquierda: allí funcionaba la Casa de la Amistad Peruano Venezolana (prueba uno); en sus paredes estaba pegado un afiche conmemorativo del Partido Comunista Peruano y el Partido Comunista del Perú – Patria Roja (prueba dos); había además otro afiche de un movimiento indígena boliviano (prueba tres); en la mesa, un folleto firmado por Antauro Humala (prueba cuatro); finalmente las propias declaraciones de Fuentes que declaró su admiración por Hugo Chávez y consideró a las FARC como fuerzas beligerantes. A confesión de parte, relevo de pruebas, se dijeron. Cual aplicados alumnos que resuelven un problema de geometría y colocan en la pizarra LQQD (lo que queríamos demostrar), así estos jornaleros de la infamia cumplieron con su labor de “desenmascarar” al Presidente Regional, colocarlo contra la opinión pública y exponerlo a las represalias del gobierno.

Tal es la forma como opera la derecha, y conforme aumente su descrédito mayor será su prepotencia y el uso de elementos coercitivos. El macartismo no es más que un síntoma de su debilidad. Cual fiera acorralada, mayor su agresividad. Su careta democrática es solo eso: una careta cada vez más incómoda.
Igual que su supuesto patriotismo, porque ¿puede alguien tomarse en serio su afirmación de luchar contra la injerencia extranjera cuando lo dice la derecha más apátrida, la que permite el saqueo de nuestros recursos por las transnacionales, la que se aviene a la presencia de bases militares en nuestro territorio, la que calla en siete idiomas cuando el imperio norteamericano invade a otros países y masacra a sus poblaciones? ¿Acaso el modelo que defienden no fue diseñado por las grandes potencias para su propio beneficio?

La lucha de ideas, la lucha de masas, la acción política, la férrea unidad del pueblo peruano. Estas son nuestras armas para derrotar la ofensiva derechista y abrir un nuevo curso para el país.

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